El ocurrente Capitán Jack Sparrow sufrió la maldición de la Perla Negra, encontró el Cofre del Hombre Muerto, fue y volvió del Fin del Mundo y navegó en mareas misteriosas; pero ahora le toca enfrentarse a su peor pesadilla: la venganza del Capitán Salazar. Piratas del Caribe suma una nueva entrega a la saga cargada de fantasía, acción y aventuras (y por supuesto mucho ron). La película parece recuperar una esencia que en su predecesora parecía perdida y nos deja una de las mejores de la saga.
Piratas del Caribe: La venganza de Salazar, está dirigida por Joachim Ronning y Espen Sandberg (Kon-Tiki), y protagonizada por Johnny Deep (Black Mass), Javier Bardem (James Bond: Skyfall), Brenton Thwaites (Dioses de Egipto), Kaya Scodelario (El Corredor del Laberinto), Geoffrey Rush (El discurso del Rey) y Kevin McNally (Turn: Washington Spies). Así mismo, Orlando Bloom (trilogía El Hobbit) y Keira Knightley (Begin Again) retoman sus personajes anteriores, marcando la vuelta de Will y Elizabeth, pero en sendos cameos. Tras llevar un tiempo desaparecido, Jack Sparrow, el pirata más famoso del Caribe, se ve envuelto en una nueva y oscura aventura al cruzarse en el camino con Henry Turner, el hijo de Will y Elizabeth y acusado de traición en nombre de su Majestad, y Carina, una astrónoma condenada a muerte por brujería. Ambos buscan el Tridente de Poseidón, un artefacto con capacidad para controlar los mares, y que presumiblemente ayudará a Jack a derrotar al fantasma de Armando Salazar, un Capitán español que odia a Sparrow por un pasado común.